Los propietarios de esta vivienda, una pareja joven con dos niños pequeños, compraron esta vivienda en el centro de Bilbao con el fin de reformarla y adaptarla a sus necesidades. Para ello, contactaron con el estudio de interiorismo Neo y Mo, autores de la reforma.
De acuerdo con los gustos de esta pareja, se apostó por potenciar la agradable sensación de espacio y su calidad lumínica, favoreciendo el paso de la luz al prescindir de puertas y paredes donde no fuese necesario. Para ello, se realizó un derribo completo de la tabiquería interior ya que el piso disponía de numerosos y pequeños huecos, especialmente en las habitaciones del patio, que no se adecuaban a los objetivos de sus nuevos propietarios.
Se distribuyó del siguiente modo: salón, cocina-office, tres dormitorios y dos baños completos. El hall y prácticamente todo el pasillo se fusionan con el salón, quedando remarcada la sensación de espacios abiertos que posee esta vivienda una vez realizada la reforma.
A los tres dormitorios se les dotó de grandes armarios empotrados. Se terminaron con puertas lisas, altas, de suelo a techo, lacadas en blanco siguiendo el estilo de la vivienda: funcional y minimalista. Las puertas de interior también son lacadas, divididas en 2 cuarterones, un estilo clásico que nunca pasa de moda.
El revestimiento del suelo se solucionó con una tarima flotante AC5, preparada para todo tipo de batalla infantil.
El interiorismo de este piso bilbaíno se basó, antes que en complicadas propuestas de distribución, en la practicidad de un planteamiento cromático integral dominado por la potencia del color blanco/gris. Esto infiere luminosidad y cadencia en toda la vivienda.