Hygge es un concepto cien por cien danés aunque el término surgió de una palabra noruega que significa «bienestar». Se traduce como ‘lo acogedor’ pero es mucho más: es una actitud hacia la vida. Gracias a esta actitud instaurada en la sociedad, Dinamarca se ha convertido en el país más feliz del mundo….., dicen.
La imagen o el sentimiento recogido en esta palabra es: relajarse y sentirse «en casa», donde quiera que estemos y tanto como sea posible, olvidando preocupaciones.
El hygge se está tratando de exportar a otros países, principalmente gracias a restaurantes, cafés y bares de tema escandinavo. Son lugares con espacios íntimos, cuya decoración carece de uniformidad y donde la atención está concentrada en paladear el momento, el aquí-y-ahora. Aunque muchos de los clientes quizás, nunca hayan escuchado hablar de hygge, en estos lugares pueden percibir de lo que se trata.
Parafraseando a la escritora Helen Russell, en su libro The Year of Living Danishly: Uncovering the Secrets of the World’s Happiest Country: «El resto del mundo parece estar descubriendo lo que los daneses han sabido durante generaciones, que pasar un tiempo relajado y acogedor con amigos y familiares, tomando café con pastel o cerveza, puede ser bueno para el alma».
Por su parte, Kayleigh Tanner, autora del blog Hello Hygge, dice que aunque hygge es algo muy difícil de describir por ser tan abstracto, empieza a resonar con mucha gente.
Otra interpretación es de la traductora danesa Tove Maren Stakkestad, que escribe: «Nunca se intentó traducir hygge. La intención es que se sienta».
Pero para mí, la definición que propone la bloguera Anna Lea West para hygge: «la intimidad del alma» , es la que más me gusta de todas. Esta búsqueda y este encuentro con nuestro ser es el objetivo en todas mis decoraciones, independientemente del aspecto, aunque también. Sólo hay que encontrar el alma del lugar y de quien lo habita, y… conectarlos.
Sean bienvenidos!