Por la cultura de la que procede (muy diferente a la nuestra, de difícil traducción y comprensión) resulta confusa su comprensión y esto ha dado lugar a ideas totalmente desvirtuadas pero muy difundidas sobre el feng shui.
Mucho de lo que se puede leer sobre este tema, son textos llenos de supersticiones y soluciones mágicas con alguna nomenclatura de feng shui, que prometen una solución a cada problema, utilizando determinados objetos que lo único que aportan es un adorno más y pueden dar o no, una motivación por acto de fe.
La correcta aplicación de este arte no altera en nada el gusto decorativo ni el diseño general de la construcción.
No es un estilo de vida, ni decorativo, ni una filosofía y tampoco requiere un acto de fe para beneficiarse de la técnica.
Una idea muy difundida es la división del espacio en sectores de fama, salud, familia… Sin embargo, esto es una idea muy incompleta que da un análisis erróneo de la construcción, siendo su estudio mucho más complejo. Asimismo, es necesario el conocimiento profundo de la filosofía taoísta y de sus conceptos.
Beatriz Fernández Magaz