La disposición en hilera de estas camitas colocadas con orden y ritmo marcial parece que hiciera referencia al dormitorio de un internado. Sin embargo, esta rigidez se disuelve en el vibrante amarillo que se esparce abundante por toda la estancia. Observemos que el resto de colores quedan parcialmente eclipsados, cediendo el protagonismo a este fondo de escenario.
Me chifla!
Esther García Labeaga