El color, en forma de luz, es parte del espectro electromagnético. Por tanto, si la luz es energía, el color es energía. Asimismo, el color es una forma de alimentación ya que, como sabemos, la luz es un nutriente. Este hecho se puede aseverar gracias a que las investigaciones siguen demostran que todo el espectro de la luz del día es necesario para estimular adecuadamente nuestro sistema endocrino. La conclusión es que los colores son nutrición y energía y, por tanto, es razonable suponer que cada color tiene un efecto nutritivo distinto.
A saber: cada color emite un ritmo vibratorio, alto o bajo, que produce en la persona que lo percibe una sensación. Por ejemplo, el rojo, la onda más larga de todas, tiene la vibración más lenta, oscilando entre templado y caliente; el violeta, la onda más corta, es la más rápida.
Las demás partes de este especto son: los rayos cósmicos, los rayos gamma, los rayos X, los rayos ultravioleta, los rayos infrarrojos, los rayos de radio y los de televisión. Todos ellos poseen energía electromagnética.
¿DE QUE COLOR TE SIENTES? Uno puede verlo todo de color de rosa, enrojecer de vergüenza, contar chistes verdes, ponerse morado, tener humor negro o llevar una vida gris. El color afecta a la totalidad de nuestro ser y a la calidad global de nuestra vida todos los días
La Pittburg Saint Company realizó en 1991 un experimento con la cromoterapia. Pintaron unas oficinas en color rojo y los psicólogos observaron a los empleados durante días. Pronto se dieron cuenta de que los que estaban en los despachos pintados de rojo trabajaban el doble de lo normal durante las primeras horas de cada jornada. Pero entre la tercera y la cuarta hora estos empleados comenzaban a dar señales de una intensa agitación. Empezaron a quejarse de sus tareas individuales y a discutir entre ellos.
A medida que iba avanzando el día, compañeros de trabajo que habían sido amigos durante años empezaron a discutir y, en algunas casos, llegaron a las manos. Al final de la jornada, incluso los psicólogos que los observaban descubrieron que ellos mismos estaban irritados y fatigados. Los análisis clínicos y de laboratorio realizados posteriormente por los médicos revelaron que las glándulas suprarrenales de los empleados estaban agotadas. El color rojo es demasiado estimulante.
Por el contrario, el amarillo activa la alegría, el naranja aumenta el apetito, el verde es un bálsamo relajante para las personas que están física o mentalmente fatigadas y el azul es sedante porque desacelera el pulso.
PERO, QUE ES EL COLOR? Una de las preguntas teóricas más populares es: «si hay objetos artísticos de colores expuestos en una sala, pero llega la noche y la habitación se queda totalmente a oscuras ¿contienen los objetos algún color?
Isaac Newton declaró en 1666 que la luz era obligatoria para la existencia del color en el ojo humano y en la mente. Pero incluso en la oscuridad, los ciegos «ven» o sienten los colores. Por eso, ni siquiera el gran científico descubridor de la gravedad, se dio cuenta de que hay también otras características que definen el poder del color.
El color puede describirse como luz de determinadas longitudes de onda. Llamamos luz a la parte del espectro de radiaciones electromagnéticas que percibe el ser humano. Comprende la luz infrarroja, que reconocemos como calor, todo el espectro visible, con los siete colores del arco iris y los rayos ultravioletas, responsable, entre otros, de los efectos benéficos del bronceado. Las radiaciones visibles, entre 400 y 720 nm (1 nanómetro = 1×10-9 m), son especialmente percibidas por el ser humano gracias a esos sensores maravillosos que son los ojos. Nuestra retina es miles de veces más sensible que los sensores cutáneos, que también responden a las bandas invisibles de la luz, la luz infrarroja y la ultravioleta.
Toda luz es energía radiante visible que viaje a través del espacio en forma de ondas a la velocidad de 300.000 km por segundo. En 1676, Ole Römer fue el primero en medir la velocidad de la luz, dando origen así a la ciencia que estudia las características físicas de la luz: la óptica. Los científicos modernos miden las longitudes de onda de la luz en unidades ángstrom (AU). Cada color exhibe una gama específica de AU: violeta 4.300-4.600 AU; azul 4700-5.000; verde 5.000-5.500; amarillo 5.800-5.900; naranja 5.900-6.000; rojo 6.000-6.700 AU.
DESCUBRIENDO LA LUZ Y EL COLOR. Los médicos del siglo XIX se implican en las experiencias de tratamientos de enfermedades, como la parálisis y la tuberculosis, con la luz solar y los colores. En 1876 Augustus J. Pleasanton publica su libro «Luces del sol y azules», donde relata los efectos de la luz azul en el sistema glandular, en el sistema nervioso y en los órganos secretores. En 1877 el Dr. Seth Pancoast publicó su libro «Luces rojas y azules», donde trata del poder bactericida de la luz violeta. En 1878 el Dr. Edwin Babbitt publicó su clásico «Los principios de la luz y del color», donde relata incontables experiencias de cura actuando con luz colorida en diferentes colores y matices. Esta obra ha despertado el interés de la clase médica por la terapia de la luz y continúa siendo objeto de estudio hasta los días de hoy.
Seguidamente, descubrimientos como el poder bactericida de la luz ultravioleta, así como el reconocimiento de la influencia de la luz en la producción de la vitamina D y su incidencia en el tratamiento del raquitismo, fueron acontecimientos que despertaron cada vez más el interés en los médicos de aquella época. En 1920 el médico italiano Dinshah P. Ghadiali funda el «Spectro-Chrome Institute», destinado a capacitar a médicos y otros terapeutas en la «terapia de la luz y del color» y en 1933 publica su otra de tres volúmenes: «Spectro-Chrome Metry Encyclopedia».
En esta obra, Ghadiali relata que todo elemento químico en estado de activación, emite una radiación característica dentro del espectro de bandas coloridas, denominada líneas espectrales de Fraunhofer. Esta radiación definida por cierta frecuencia y longitud de onda, es única para cada elemento y podemos considerarla como las «huellas dactilares» del elemento.
Ghadiali también descubrió que cuando un elemento es expuesto a la luz blanca, absorbe la frecuencia correspondiente a su banda espectral y emite luz en esa misma frecuencia. Tal es el caso del hierro en la fotosíntesis, en que absorbe de la luz blanca la banda espectral correspondiente al color verde y emite esa misma banda de frecuencia, proporcionando el color verde a los vegetales. Llegó a la conclusión de que estando el cuerpo humano constituido de muchos elementos químicos, también él debe absorber luz de una determinada frecuencia y emitirla al exterior, a través del campo electromagnético que envuelve el cuerpo.
Spitler, basado en los estudios de los trabajos de Babbitt y Ghadiali, descubrió que tanto el sistema nervioso autónomo como el sistema endocrino están ligados al cerebro a través de los ojos. Por tanto, la luz que penetra en el cuerpo a través de los ojos, estaría restaurando el equilibrio de esos sistemas y de otras funciones del cerebro.
Una nueva fase se inicia a partir de 1989, por los hallazgos del Dr. Russel J. Reiter, en relación con la melatonina, la hormona y el neurotransmisor liberado por la glándula pineal.
La melatonina es producida por la glándula pineal y regulada por el ciclo diario de claro-oscuro (conocido como ritmo circadiano). La glándula pineal está ligada a los ojos y el oscuro le sirve de señal para iniciar la producción de melatonina. La glándula pineal está conectada con los ojos mediante una vía nerviosa directa que produce la melatonina al oscurecer, ayudando a regular el ritmo biológico básico de cada órgano, cada tejido y cada célula del cuerpo. Ella regula, además, otros ritmos, como el ciclo de sueño y vigilia y el inicio de la pubertad.
La glándula pineal es considerada como la nueva glándula-maestra responsable por el reloj biológico y por la liberación de la melatonina, hormona responsable de la producción de amplia variedad de otras hormonas que regulan diversos procesos orgánicos, desde la digestión hasta la reproducción.
EL COLOR Y EL FENG SHUI. Un concepto básico en la práctica del feng shui es la teoría de los cinco elementos. Utilizar esta teoría significa entender las relaciones de cada uno de los elementos (fuego, tierra, metal, agua y madera) con los demás. Cada uno de estos elementos está asociado a un tipo de energía y ésta, a su vez, se corresponde con un color, una forma y una orientación.
Tras el análisis de la construcción y a fin de proporcionar a cada espacio el equilibrio necesario, se utilizarán los colores y las formas de los cinco elementos para equilibrar cada ambiente. Esta intervención se basa en el principio de las interacciones entre los cinco elementos.