Salpimentada con color, esta cocina abierta resulta un rincón muy apetitoso. Con muy pocos elementos quedan bien definidas las zonas de uso aún siendo un espacio abierto y común.
El detalle de las plantas creciendo suspendidas en el espacio resulta encantador. Me divierte el espejo coqueto que multiplica el ambiente. Me fascina el papel decorativo con una vegetación tupida y hermosa así como la alacena llena de historia. Sin embargo, uno de los detalles que más valoro es la ligereza de mobiliario en este conjunto enmarcado por el color blanco aplicado en el cerámico de la pared y en la madera del suelo.
Y es, precisamente, gracias a este color blanco que la luz y el color pueden formar este espacio delicioso donde divertirse, alimentarse y crecer.
Esther García Labeaga, Neo y Mo Estudio.